PARTIDAZO DE TRICAMPEON MUNDIAL

MEMORABLE, INOLVIDABLE… Como lo desee usted llamar. Una final que no ha defraudado a ningún amante del balompié.

Durante 80 minutos, Argentina puso a bailar “tango” a Francia. En todos los aspectos del juego, la albiceleste le dio un repaso táctico a los europeos. Un penal inocente a Di María (autor de un golazo, el segundo en un manual de contragolpe nivel DIOS) y Messi de penal, le estaban dando la copa a Argentina.

Nada estaba dicho. Mbappé en una ráfaga de futbol “a mil” dejaba la partida 2-2 para ir al suplementario. El segundo tanto del crack del Paris Saint – Germain va a pasar a la historia, por lo espectacular de su ejecución. En la prórroga, los primeros 15 minutos fueron un “toma y dame”. Luego, con un gol que puso a prueba los reflejos de Hugo Lloris, el rebote le cae a la derecha de Messi (gol 98 en la selección y 13 en mundiales)… Y el delirio en el estadio y medio planeta.

El resto de la historia, Argentina sufrió como nunca antes. Un penal absurdo de Montiel, hizo que Mbappé marcase HAT TRICK (dos de pena máxima) quedando poco para el final del tiempo reglamentario, en una verdadera final de mundial.

En la tanda de penales, tan épica como injusta (porque el futbol es así, desgraciadamente, pues alguien debe perder), Coman fue victima de Emiliano Martínez atajando el segundo penal. Este “Dibu” es responsable de la vida albiceleste porque a fin del tiempo extra detuvo un “mano a mano” que le dio la vida extra a la Argentina que, a la postre, acaba logrando el anhelo de 45 millones de personas (con regalo adelantado de Tchouameni que falla el tercer penal)… Y Gonzalo Montiel, quien cometió el penal del tercer gol galo, fue el encargado de darle a Argentina la tercera estrella corona de su historia. Desde 1986… Maradona, en el cielo, también celebra esta copa.